Mis palabras ahora van
dedicadas a la madre naturaleza. Será éste un canto a la vida, un canto
de agradecimiento a esa madre que tanto nos ha dado.
Gracias madre porque nos has dado la luz del
día que nos impulsa al trabajo, y llena de frutos nuestras manos.
Gracias por esas tibias
noches con que proteges nuestros sueños y embelleces nuestros amores.
Gracias Tierra, por las
flores que nos concedes para iluminar nuestros campos, alegrar nuestras vidas y
sentir el amor que el Padre nos tiene.
Gracias por tus montañas que
ante su vista majestuosa, percibimos la grandiosidad de este rincón en que
moramos.
Gracias por el azul de tus
mares que inspira en nosotros la admiración por Dios, y nos permite asomarnos a
un maravilloso mundo que sin comprender, admiramos.
Gracias Tierra por tus
arroyos y ríos, porque llevas en tus aguas los lamentos de dolores lejanos y
las alegrías de las vidas en flor.
Gracias por tus lluvias,
porque nos limpian el aire y la mente, y nos permiten ver renacer las plantas
como el símbolo innegable de una vida eterna.
Gracias por tus aromas que
nos motivan a vivir en un dinamismo constante, que hace nacer en nuestras
mentes la necesidad de vivir en armonía, y nos recuerdan la veneración que
debemos tenerte por ser el hogar de nuestros padres y nuestros hijos.
Gracias amada madre Tierra,
porque nos has cobijado por muchas generaciones, y has recibido en tu seno
tantos dolores y tantos amores, que tú nos comprendes más que nosotros mismos.
Gracias por recordarnos que
nuestro origen y destino están en tu suelo.
Gracias por tus enseñanzas
que nos hacen comprender lo temporal de nuestras vidas carnales, y lo eterno de
nuestro espíritu.
Gracias por entendernos,
gracias por cobijarnos, gracias por renovarte año con año en tus primaveras,
porque así nos vemos a nosotros mismos, renacer en nuestros hijos y después en
nuestros nietos.
Gracias por enseñarnos que la
vida es continuidad de existencia en nuevas formas.
Gracias por explicarnos que
la inmortalidad reside en poder perpetuarse en su descendencia.
Gracias por la luna que nos
alumbra y que Tú maravillosamente la conduces por nuestros cielos.
Gracias por ese Sol a quien
Tú has desposado, porque entre ambos nos enseñan la dualidad que existe en todo
lo creado.
Gracias por alimentarnos.
Gracias por la música de tus
vientos y el rumor de las aguas de los ríos.
Gracias por el trinar de los
pájaros y el aleteo de las mariposas.
Gracias por la sonrisa de los
niños y la caricia de los ancianos.
Gracias por tus mañanas que
anuncian nuevas alegrías, y gracias por tus atardeceres que preludian el
descanso.
Gracias a Ti porque eres para
nosotros la madre que nada pide y que todo da.
Con todo mi Amor como un
homenaje para Ti en este día.
Gracias Tierra.
¡Gracias!
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