Los dedos tienen cada uno su significado. Los problemas en los dedos nos dicen dónde hay necesidad de relajarse y desentenderse. Si se hace un corte en el índice, es probable que haya en usted algún temor relacionado con su yo en alguna situación presente. El pulgar es el dedo mental y representa las preocupaciones. El índice es el yo, y el miedo.
El dedo del medio tiene que ver con el sexo y con la cólera. Cuando esté enojado, cójase el dedo del medio y verá cómo se disuelve el enojo. Coja el de la mano derecha si el enojo es con un hombre, y el de la mano izquierda si es con una mujer. El anular representa, a la vez, las uniones y el sufrimiento, y el meñique tiene que ver con la familia, y la falsedad.
Las manos sujetan, sostienen, estrechan, aterran. Dejamos que las cosas se nos escurran de entre los dedos, o nos aferramos a ellas durante demasiado tiempo. Somos manirrotos, actuamos con mano dura, tenemos las manos de mantequilla, nos manejamos bien o somos incapaces de manejar nada.
Sujetamos algo por la manija, damos manotazos, castigamos a alguien por tener la mano larga o le echamos una mano, guardamos las cosas a mano, tenemos buena o mala mano, alguien es un manotas o nuestra mano derecha.
Las manos pueden ser suaves y flexibles o estar endurecidas y nudosas por exceso de cavilaciones o retorcidas por la artritis y el espíritu crítico.
Las manos crispadas son las manos del miedo; miedo a perder, a no tener nunca lo suficiente, a que lo que se tiene se vaya si no lo sujetamos firmemente.
Aferrarse demasiado a una relación no sirve más que para hacer que la otra persona huya, desesperada. Las manos fuertemente crispadas no pueden recibir nada nuevo.
Sacudir las manos libremente, sueltas desde las muñecas, da una sensación de aflojamiento y de apertura. Lo que le pertenece no puede serle arrebatado, así que relájese.
Los brazos representan nuestra habilidad y nuestra aptitud para abrazar las experiencias y vivencias de la vida.
El brazo tiene que ver con las aptitudes, y el antebrazo con las habilidades.
En las articulaciones almacenamos las viejas emociones, y los codos representan nuestra flexibilidad para cambiar de dirección.
¿Es usted flexible para cambiar de dirección en la vida, o las viejas emociones lo mantienen atascado en un mismo punto?
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