miércoles, 13 de febrero de 2013
ORDEN DIVINO
La vida puede ser dura y a menudo llegamos a un punto donde sentimos que está fuera de control —como que si estás tratando de recoger piezas de un rompecabezas que continúa cayéndose. Pero al dejar ir y entregarnos al orden divino, encontramos que las piezas parecen arreglarse solas milagrosamente y de repente, vemos toda la imagen.
El orden divino toca cada parte de nuestras vidas. Es el fluir de la mente universal a medida que nos guía a nuestra satisfacción personal. A menudo, a medida que el orden divino obra sus maravillas, las cosas pueden parecer agitadas e incomprensibles. Pero una vez que nos entregamos a la idea de que todo sucede por una razón —cada traspiés y cada éxito puede llevarnos a algo mejor —encontramos paz y aceptación.
A medida que comienzas a aceptar el orden divino como la realidad detrás de toda vida, un sentimiento de calma te envolverá, aún ante la adversidad. Tus relaciones personales se volverán más significativas y ricas al afirmar que el Espíritu guía el camino y ya no necesitas controlar a las personas ni a las situaciones. Hasta mirarás las dificultades financieras con un optimismo renovado al entregarte a la verdad de que todo lo que necesitarás te será provisto a medida que lo necesites.
Cuando comienzas a aceptar el orden divino como verdad y sabiduría y te alineas con la armonía del universo, es posible que quieras dejarte pequeños recordatorios para “dejar ir”. En tu automóvil, en tu escritorio, en tu cartera o billetera, o en cualquier sitio donde puedas necesitar un recordatorio para permitir que el orden divino dirija el fluir de tu vida, pon una nota con estas palabras sencillas: Orden divino. La próxima vez que enfrentes una situación difícil, mira la nota y recuerda el poder del orden divino.
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